Investigadores valencianos se imponen a la élite universitaria
Un proyecto sobre Biotecnología gana un concurso internacional tras superar a varias de las mejores instituciones académicas del mundo
07.11.13 - 01:24 -
J. BATISTA | VALENCIA. Las Provincias
Una de las críticas más extendidas cuando se habla de la calidad del sistema universitario es que ninguna de las instituciones españolas figura entre las 200 primeras del ranking de Shanghai, la clasificación más conocida y recurrida para ordenar a las mejores del mundo. Sin embargo, sí existen centros y proyectos con un gran reconocimiento internacional. Y no es necesario salir de la Comunitat para encontrar ejemplos. En este selecto colectivo ha entrado un grupo de jóvenes estudiantes de la Universitat de València (UV) y de la Politècnica (UPV) tras ganar el premio a la mejor aplicación en Biotecnología, una de las categorías del iGEM, un prestigioso concurso de biología sintética al que concurren profesionales de las universidades más punteras del planeta y que está promovido por el Massachussets Institute Tecnhology (MIT), una especie de olimpo universitario considerado como el mejor centro tecnológico del mundo, además de ocupar el cuarto puesto en el citado ranking.
El proyecto se denomina Wormboys y a grandes rasgos consiste en que un grupo de bacterias se asocie a un gusano con el objetivo de producir bioplástico. Todo ello mediante manipulaciones genéticas que permiten que los organismos colaboren para mejorar su eficiencia.
Más allá de la calidad del trabajo -la mejor prueba es el dictamen del jurado-, llama la atención que la propuesta haya pasado por encima de otras candidaturas, como la presentada por la universidad de Stanford, que es, según la clasificación de Shanghai, la segunda mejor del mundo por detrás de Harvard. Su proyecto, que incluía la recuperación de información genética extinta y experimentaciones en el espacio, además de contar con un presupuesto infinitamente mayor, no asombró tanto como el valenciano.
Tampoco tuvieron mucho que hacer los trabajos de las universidades de Lausanne, Hong-Kong (ambas entre las 200 mejores), Ottawa o Eindhoven (situadas en la horquilla que va de las 300 a las 400, la misma cohorte que ocupan la UV y la UPV).
La coordinación del trabajo ha corrido a cargo de Manel Porcar, investigador del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la UV. También ha participado la empresa biotecnológica Biópolis SL, radicada en el Parc Científic. Tal y como destacó ayer, «es la primera vez que se aplica una simbiosis sintética entre gusanos y bacterias para que trabajen juntas mediante manipulación genética, combinando lo mejor de ambos organismos». Las bacterias, sin apenas movilidad, son las encargadas de la producción del bioplástico, que es hilvanado encima del nematodo.
Aplicando técnicas genéticas estas 'programan' al gusano para que se dirija a la zona que reúne las condiciones idóneas para producir. Por ejemplo, permitiría generar bioplásticos o biocombustibles a partir de residuos soltando los organismos en restos de basura. El pasado mes los Wormboys -analogía de cowboys por la función del gusano- superaron la fase regional. Ahora, en la final de Boston, han sido los primeros de su grupo.
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