INVESTIGACIÓN | Emprendedores a contracorriente
El salvador de las rodillas de Rafa Nadal
Eduardo Anitua montó su primer laboratorio de investigación como un hobby hace 20 años. Ahora, su empresa BTI Biotechnology Institute tiene más de 300 empleados y factura 25 millones de euros cada año. Es cirujano maxilofacial y estomatólogo y lleva más de 30 años dedicado a la odontología. Quería mejorar la salud de sus pacientes, así que empezó a investigar los mecanismos implicados en la regeneración de tejidos.
Al cabo de cinco años de investigación, el hobby terminó dando jugosos frutos y su patente PRGF-Endoret (plasma rico en factores de crecimiento) se ha usado para ayudar a la recuperación de lesiones del tenista Rafael Nadal, de los jugadores del Athletic de Bilbao o del Rey Juan Carlos I.
La historia del doctor Anitua no es un caso aislado en España. Numerosos emprendedores impulsan una idea sacada de un laboratorio y en pocos años se hacen con un hueco importante en los mercados internacionales. Y ocurre en España, no en California o en Hong Kong.
Un sector en crecimiento
En el sector de la biotecnología el empleo ha crecido más de un 37% y ha generado, en plena crisis, más de 40.000 empleos en 2009, según los últimos datos de Asebio. La cifra de negocio de las más de 1.000 empresas españolas es de más de 53.000 millones de euros y crece a un ritmo vertiginoso, en ocasiones, por encima del 70% anual.
"Quería entender por qué cuando se hace una extracción dental unas veces el paciente evoluciona muy bien y otras se complica", explica Eduardo Anitua. Así empezó a estudiar qué mecanismos están implicados en la regeneración de tejidos y observó que todo depende de que se forme un coágulo estable. Así fue eliminando paulatinamente todo lo que no hace nada en los procesos de cicatrización, como los glóbulos rojos o los leucocitos, y estudiando las concentraciones adecuadas de lo que sí tiene un papel importante: las plaquetas.
"Quizá la primera vez que tratamos a un deportista de élite fue cuando Donato se rompió el tendón de Aquiles jugando con el Deportivo de la Coruña", recuerda Anitua. "Le operó el doctor Mikel Sánchez y le trató con nuestro plasma rico en factores de crecimiento. A los cuatro meses ya estaba jugando con el primer equipo".
La historia personal de cada compañía de I+D en España es la historia de un gran trabajo científico y de un enorme esfuerzo humano y económico. La compañía de Eduardo Anitua se creó a mediados de los años 90 y desde entonces invierte el 100% del beneficio en investigación y desarrollo. En 2007, su empresa fue reconocida con el Premio Príncipe Felipe a la Innovación, un galardón otorgado por el Ministerio de Industria que entrega el propio miembro de la Familia Real. Pero esa pasión que lleva al equipo científico de BTI a trabajar los sábados y a hacer reuniones de investigación los domingos obtiene su mejor resultado cuando es capaz de generar 30 puestos de trabajo en una pyme el año pasado.
La crisis, una oportunidad de negocio
No quiere decir esto que la I+D no sufra el efecto de la crisis económica.Padece como cualquier sector el azote de la crisis, pero mucho menos que otros sectores. Casi todas las compañías han visto frenado su crecimiento, pero se han volcado en los mercados internacionales y eso ha permitido que los ingresos sigan creciendo a pesar de los malos tiempos.
Además, estas compañías, acostumbradas a superar los problemas a golpe de imaginación y buenas ideas, en lugar de lamentarse, ven en la crisis una oportunidad de negocio. Sin embargo, a pesar de ser un sector con un futuro halagüeño, depende en buena medida de los fondos públicos destinados a I+D. Algo que ocurre en España de la misma forma que en Estados Unidos, Alemania o Japón. Por ello, en estos momentos, existe una gran preocupación en la I+D debido a la posibilidad de que los recortes económicos del Gobierno afecten de forma severa al sector.
El Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) -dependiente hasta hace unos meses del Ministerio de Ciencia y ahora del de Economía y Competitividad- del que dependen las inversiones para el fomento de la investigación en las empresas contará en 2012, si se aprueba el proyecto de Presupuestos Generales del Estado presentado por el Gobierno hace apenas dos semanas, con un 78% menos de dinero que en 2011.
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