Un piloto de Air Nostrum diseña un sistema que apaga incendios de noche desde el aire
El proyecto Nitrofirex utiliza la tecnología de las bombas guiadas por láser y la de los aviones no tripulados
Un piloto de Air Nostrum diseña un sistema que apaga incendios de noche desde el aire INFOGRAFÍA: J. Sprang, Levante-EMV
J. SIERRA VALENCIA Un piloto de la compañía valenciana Air Nostrum ha diseñado el primer sistema inteligente para la extinción de incendios desde el aire que permite actuar en horario nocturno y que utiliza lo mejor de dos tecnologías de uso militar: la de las bombas guiadas por láser y la del avión no tripulado (UAVs).
El proyecto Nitrofirex, que permitirá descargas guiadas nocturnas de entre 2.000 y 3.000 litros por vehículos aéreos recuperables podría estar maduro en breve, según los responsables de su diseño, un equipo liderado por el excomandante piloto militar y actual comandante en la compañía Air Nostrum, Luis M. Bordallo.
Según fuentes de la compañía, Nitrofirex propone «la integración de dos tecnologías desarrolladas, maduras y en uso que son las de las bombas guiadas y la de los vehículos aéreos no tripulados y cuya utilización no se había planteado hasta ahora en un mismo vehículo aéreo».
El piloto de Air Nostrum recuerda en un artículo que los medios aéreos utilizados actualmente en la extinción de incendios son prácticamente herederos de la tecnología desarrollada en la Segunda Guerra Mundial y ajenos a los grandes avances tecnológicos del último medio siglo.
Según explican fuentes de Nitrofirex, la tecnología de las bombas guiadas—lanzadas desde aviones a gran altura y con precisión suficiente para entrar en un edificio por una ventana— son sustituidas por depósitos planeadores cargados con 2.000 o 3.000 litros de agentes retardantes o de compuestos para la extinción de las llamas.
Como lanzaderas pueden utilizarse los actuales vehículos contra incendios o incluso aviones comerciales de carga dotados de anclajes para transportar los UAV.
Desde tierra, un experto guiaría a través de un equipo láser la trayectoria de la «bomba», reconvertida en un depósito planeador, hacia el lugar donde más necesaria o eficaz puede ser la descarga.
«Una vez soltada su carga útil sobre un punto asignado de la superficie o de la atmósfera, el depósito planeador activa un pequeño motor que aprovechando las corrientes térmicas del incendio permite remontar altura al dispositivo, que es redirigido como un avión no tripulado hasta la base aérea más próxima para su reutilización», explicaron las fuentes.
La mejor hora
Luis M. Bordallo recuerda que el momento «clave» en el que los medios aéreos podrían ver «exponencialmente multiplicada su efectividad sería si éstos pudieran actuar de noche, pues es entonces cuando la temperatura ambiental y el viento bajan drásticamente, dejando al fuego en su punto más débil».
Sin embargo, y pese a que tanto los estudios realizados como la experiencia práctica coinciden en las condiciones ventajosas que se dan en horario nocturno, medios aéreos e incluso brigadas terrestres se retiran por razones de seguridad.
El horario nocturno y la limitación de la altura de vuelo a 1.000 pies puede ser considerado en este caso de una ventaja, ya que ambas condiciones reducen el uso del espacio aéreo y hacen mucho más sencillo su control en condiciones de seguridad.
El proyecto incluye el desarrollo de modelos específicos que analizan alturas, temperaturas las condiciones físico-químicas que se dan en el entorno de un incendio forestal para mejorar la efectividad de las descargas.
Un vuelo corto
La compañía explica que la «ocupación» del espacio aéreo por estos dispositivos es mínima—no más de 90 segundos como depósitos planeadores— y hasta una hora volando como UAV vacio desde el incendio a la base de operaciones.
Como medida adicional de seguridad y con objeto también de recuperar el depósito no tripulado en cualquier entorno, este iría dotado de un paracaídas de emergencia.
Al tratarse de un uso «no exclusivo», los cargueros aéreos pueden emplearse como aviones de transporte durante el resto del año, una vez terminada la campaña contra incendios, de modo que se reducen también los costes operativos.
El proyecto Nitrofirex, que permitirá descargas guiadas nocturnas de entre 2.000 y 3.000 litros por vehículos aéreos recuperables podría estar maduro en breve, según los responsables de su diseño, un equipo liderado por el excomandante piloto militar y actual comandante en la compañía Air Nostrum, Luis M. Bordallo.
Según fuentes de la compañía, Nitrofirex propone «la integración de dos tecnologías desarrolladas, maduras y en uso que son las de las bombas guiadas y la de los vehículos aéreos no tripulados y cuya utilización no se había planteado hasta ahora en un mismo vehículo aéreo».
El piloto de Air Nostrum recuerda en un artículo que los medios aéreos utilizados actualmente en la extinción de incendios son prácticamente herederos de la tecnología desarrollada en la Segunda Guerra Mundial y ajenos a los grandes avances tecnológicos del último medio siglo.
Según explican fuentes de Nitrofirex, la tecnología de las bombas guiadas—lanzadas desde aviones a gran altura y con precisión suficiente para entrar en un edificio por una ventana— son sustituidas por depósitos planeadores cargados con 2.000 o 3.000 litros de agentes retardantes o de compuestos para la extinción de las llamas.
Como lanzaderas pueden utilizarse los actuales vehículos contra incendios o incluso aviones comerciales de carga dotados de anclajes para transportar los UAV.
Desde tierra, un experto guiaría a través de un equipo láser la trayectoria de la «bomba», reconvertida en un depósito planeador, hacia el lugar donde más necesaria o eficaz puede ser la descarga.
«Una vez soltada su carga útil sobre un punto asignado de la superficie o de la atmósfera, el depósito planeador activa un pequeño motor que aprovechando las corrientes térmicas del incendio permite remontar altura al dispositivo, que es redirigido como un avión no tripulado hasta la base aérea más próxima para su reutilización», explicaron las fuentes.
La mejor hora
Luis M. Bordallo recuerda que el momento «clave» en el que los medios aéreos podrían ver «exponencialmente multiplicada su efectividad sería si éstos pudieran actuar de noche, pues es entonces cuando la temperatura ambiental y el viento bajan drásticamente, dejando al fuego en su punto más débil».
Sin embargo, y pese a que tanto los estudios realizados como la experiencia práctica coinciden en las condiciones ventajosas que se dan en horario nocturno, medios aéreos e incluso brigadas terrestres se retiran por razones de seguridad.
El horario nocturno y la limitación de la altura de vuelo a 1.000 pies puede ser considerado en este caso de una ventaja, ya que ambas condiciones reducen el uso del espacio aéreo y hacen mucho más sencillo su control en condiciones de seguridad.
El proyecto incluye el desarrollo de modelos específicos que analizan alturas, temperaturas las condiciones físico-químicas que se dan en el entorno de un incendio forestal para mejorar la efectividad de las descargas.
Un vuelo corto
La compañía explica que la «ocupación» del espacio aéreo por estos dispositivos es mínima—no más de 90 segundos como depósitos planeadores— y hasta una hora volando como UAV vacio desde el incendio a la base de operaciones.
Como medida adicional de seguridad y con objeto también de recuperar el depósito no tripulado en cualquier entorno, este iría dotado de un paracaídas de emergencia.
Al tratarse de un uso «no exclusivo», los cargueros aéreos pueden emplearse como aviones de transporte durante el resto del año, una vez terminada la campaña contra incendios, de modo que se reducen también los costes operativos.
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