A las ocho menos cinco de la mañana del 25 de mayo de 1979, Etan Patz, de seis años, consiguió que por primera vez sus padres le dejaran ir solo a la parada donde cogía el autobús escolar, a dos manzanas de casa.Llevaba una mochila de elefantes y su gorra favorita. Su madre observó desde la ventana cómo el niño caminaba triunfante por Prince Street, contento por su súbita independencia.
Era el SoHo neoyorquino, pero cuando aún había almacenes abandonados en lugar de tiendas de diseño. Sus padres accedieron a regañadientes con la decisión que los torturaría el resto de sus vidas. Nunca volvieron a ver a su hijo. El niño no llegó al autobús y se convirtió en el desaparecido más famoso de Nueva York.
Sus padres, Julie y Stan, llenaron las calles con la foto del niño rubio sonriente e involucraron a una comisión de rastreo de decenas de padres, a las iglesias y a los periódicos del país. Apelaron al público en la televisión e inventaron técnicas de búsqueda masiva desconocidas hasta entonces, como difundir las fotos de niños desaparecidos en los cartones de leche. Gracias a su tenacidad, se inventaron las alertas nacionales de búsqueda. En 1983, Ronald Reagan declaró el 25 de mayo el Día de los Niños Desaparecidos en honor a Etan.
Este jueves, el FBI anunció que está investigando una nueva pista en un sótano debajo de una tienda del SoHo en Prince Street, de la cadena Lucky Brand, a una manzana de la casa del niño. Docenas de policías locales y agentes federales han bloqueado la calle todo el día mientras rastrean el lugar. Perros especializados en la búsqueda de restos humanos han detectado la presencia de un posible cadáver. La última pista investigada se estudió sin éxito en 2000, en otro sótano del barrio.
El sótano de Lucky Brand era en 1979 una tienda de chapuzas y la policía ya ha interrogado a su propietario, Othniel Miller, que ahora tiene 75 años y que solía pagar al niño por echarle una mano. Al preguntarle, el anciano contestó: "¿Y si movieron el cadáver del niño allí?"
Si el equipo de expertos encuentra el cadáver de Etan, éste sería el fin de un caso equiparable al de Madeleine McCann en Europa.
La búsqueda frenética de Etan llegó hasta Israel y, periódicamente, durante décadas, la policía ha investigado pistas variadas. Los padres recibieron durante años llamadas de testigos o videntes, que aseguraban haber visto al pequeño en Toscana o en Pensilvania. Nunca quisieron cambiar el número de teléfono que su niño se sabía de memoria.
En 2001, Etan fue declarado oficialmente muerto, pero sólo para poder presentar al menos una querella civil contra el principal sospechoso, un amigo de la cuidadora del niño llamado José Ramos, condenado por abusos sexuales en otro caso. Ramos sigue en una cárcel de Pensilvania, pero siempre aseguró que él no había secuestrado ni asesinado a Etan.
En 1988, un fiscal le sacó la confesión de que había llevado al niño a su apartamento y había intentando abusar de él, pero Ramos contó que lo había dejado marchar y lo había acompañado al metro.
En 2004, los padres de Etan consiguieron que un tribunal considerara al sospechoso responsable civil de la muerte de su hijo, por lo que tendría que pagar dos millones de dólares, una cantidad que los padres no aspiran a cobrar. Cada año, Stan Patz manda al prisionero una foto del niño con la frase "¿qué le hiciste a mi pequeño?" Tras cumplir su condena actual, Ramos saldrá de la cárcel el próximo noviembre.
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