FISAHARA | Aitana Sánchez Gijón y Malena Alterio
'No conocemos ningún festival de cine más útil que éste'
El cine regresa un año más al campo de refugiados saharauis de Dajla, en el desierto argelino. Durante unos días, personalidades de la cultura patria e internacional apoyan la causa de un pueblo que padece ya 37 años de exilio. ELMUNDO.es le cuenta lo que ocurre desde los campamentos.
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Pantalones deportivos, pies descalzos, arena sobre la piel... Aitana Sánchez Gijón y Malena Alterio comparten haima estos días en Dajla, el campamento saharaui que acoge el festival de cine FiSahara. Aquí el glamour se cotiza bajo. La foto, eso sí, se valora más. Es el elemento que atestigua el compromiso actoral. Imagine ésta: Aitana Sánchez Gijón recibe en la puerta de una casa de adobe y presenta a un hombre de piel morena: "Nuestro padre saharaui", dice. Con la cara lavada y vestida de sport conduce a sus invitados hasta la haima de la familia, la tienda tradicional en la que vivían los saharauis que hace más de tres décadas levantaron los campamentos huyendo de la ocupación de su tierra.
Junto a ella, Malena Alterio, su compañera 'de piso' estos días de cine en el desierto. Se sientan en el suelo y se someten al ritual del té con el que agasajan a cada minuto los saharauis. "Me tiene hipnotizada y, además, estoy enganchada, está buenísimo", dice Aitana mientras reparte vasos entre los recién llegados.
Las dos habían oído hablar de la vida en los campamentos. Tras nueve ediciones, la 'experiencia FiSahara' circula de boca en boca. "Me lo habían contado muchas veces, pero verlo es tremendo. Sobre todo, estoy muy impresionada por la capacidad de organización de este pueblo. Tuvieron que levantar esto de la nada y, a pesar de la situación de bloqueo, han definido muy bien sus competencias. Y es triste porque tienen muchísimo potencial, pero ninguna opción para desarrollarse y depender de sí mismos".
La acompaña en el viaje su hija pequeña, prueba de que no ha dudado en ningún momento de la seguridad del campamento: "Es que los secuestros de los cooperantes han podido hacer mucho daño a los saharauis en este terreno y, bueno, pudo pasar una vez porque no estaban preparados, pero no van a permitir que vuelva a suceder. Está todo muy controlado. Yo me siento tranquila en cada momento".
"La mejor manera de concienciarte de lo que viven los saharauis es viniendo. A lo mejor si los responsables políticos de la situación pasasen unos días viviendo en estas condiciones, ponían más empeño en buscar una salida al conflicto", afirma Malena Alterio. Y las condiciones de las que habla son dependiendo al 100% de la ayuda humanitaria, sin apenas asistencia médica, sin luz ni agua corriente, ni opciones de futuro y en uno de los pasajes más áridos del planeta.
"Hay cerca de 200.000 personas viviendo en el exilio y unas 90.000 están en un umbral de pobreza preocupante porque ha disminuido la ayuda internacional", añade Sánchez Gijón, "y a pesar de todo eso siguen con un estado de conciencia muy activo. Si Marruecos espera que esto se extinga por sí mismo, está muy equivocado". Tampoco se olvida de España y las "promesas incumplidas" de sus sucesivos gobernantes
Las dos actrices se están empapando de testimonios de saharauis. Escuchan y dan su opinión a cualquiera que la requiera. De eso trata el FiSahara, el único festival de cine que se celebra en un campo de refugiados: "El festival más útil al que he asistido. Y el más necesario", dice Alterio. Y se enfrascan en una conversación sobre la necesidad de que su compromiso se prolongue en el tiempo. El ritual del té en la haima se prolonga sin remedio... El tiempo se ha detenido en el desierto.
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